Nuestra propuesta persigue la integración completa del conjunto en el tejido urbano circundante, facilitando y amabilizando su uso. Para esto, la primera medida que se toma es la de establecer una clara continuidad entre las aceras existentes y los espacios abiertos y públicos del complejo, eliminando el vallado perimetral.

Una vez eliminado este límite físico, se plantea una solución que unifique los espacios exteriores del complejo. Así, se crea un alfombrado de piedra en bandas que alterna zonas pavimentadas con zonas verdes, fundamentalmente asociadas al arbolado existente en la zona delantera del módulo A.

En el alzado trasero del módulo A se genera una plataforma en continuidad con la acera que garantiza la accesibilidad de las dependencias del edificio a las que se accede desde este punto.

La ubicación del teatro obliga a recrecer el edificio en la dimensión longitudinal, lo que posibilita la aparición de una nueva volumetría que recoja este crecimiento. La propuesta reconstruye la cubierta creando un nuevo volumen que recoge además el teatro, generando una superposición sobre la caja del edificio existente. Esta cubierta se perfora por varios lucernarios que iluminan los espacios de planta primera, y rememoran las antiguas troneras de la cubierta existente.

En cuanto a los espacios interiores, se singulariza la fachada principal creando un ámbito a doble altura que recoge el acceso y los recorridos en planta baja, ya que se comunica además con la zona de recepción. Este espacio se ilumina por todas las ventanas de la fachada principal, que pasa a convertirse en una especie de muro cortina que alterna llenos y vacíos generando un intersticio de luz y sombra. De esta forma se genera un espacio continuo y eminentemente abierto en el que las relaciones visuales entre las distintas partes del programa facilitan y enriquecen el funcionamiento del edificio.